Las fiestas de San Bartolomé, más conocidas como las fiestas populares de Barva, están compuestas por en un tejido cultural que entrelaza la tradicional mascarada costarricense con payasos y cimarronas. Una celebración que a los ojos del mundo parece coloquial pero que abre los ojos a quienes logran ser partícipe de ella y darse cuenta que las fiestas no son fiestas si no existen las vejigas. Este último factor es obstaculizado por la prohibición de SENASA, el Estado y el Ministerio de Salud, situación que complica pero no evita que se consigan las vejigas, pues una fiesta sin dar y recibir vejigazos no es fiesta. Esto ha llevado al trasiego ilegal en los mataderos de la zona. Bombi, el mascarero más famoso del pueblo contribuye a la tradición cultural como artista, pero su verdadera contribución a las fiestas es ser, junto a su familia, el traficante de las vejigas.